La presidenta peruana, Dina Boluarte, ha pedido una “gran reconciliación nacional” tras un nuevo estallido de protestas en el país sudamericano.
Sin embargo, en el discurso del viernes ante el Congreso, Boluarte también apeló a que se extiendan los poderes legislativos al ejecutivo por 120 días, en un esfuerzo por reducir la delincuencia, entre otros temas.
Sostuvo que las medidas eran necesarias, ya que “el Perú necesita enfrentar, con más fuerza y eficiencia, la delincuencia y el crimen”.
“Asumimos el gobierno en medio de una de las peores crisis políticas, sociales y climatológicas que ha vivido nuestro país”, dijo al Congreso mientras los manifestantes enfrentaban gases lacrimógenos en las calles de la capital Lima.
Boluarte se dirigió a la nación en un largo discurso de tres horas en el marco de su primer feriado del Día de la Independencia como presidenta.
Desde que asumió el cargo en diciembre, su administración ha enfrentado intensas protestas, con pedidos de su renuncia, la disolución del Congreso y la programación de elecciones anticipadas.
En respuesta, las fuerzas de seguridad han intentado reprimir las manifestaciones, en algunos casos utilizando munición real. Más de 60 personas han muerto en los enfrentamientos, y las organizaciones de derechos humanos advierten que algunas muertes podrían considerarse «ejecuciones extrajudiciales».
Gran parte de las críticas se han dirigido a la propia Boluarte, y el viernes lanzó una nota conciliadora, hablando directamente a las familias de los manifestantes y policías asesinados.
“Con profunda y dolorosa consternación pido perdón en nombre del Estado”, dijo Boluarte en su discurso.
Boluarte ha alegado previamente que criminales y “terroristas” habían avivado la violencia en las protestas y que las manifestaciones eran una “amenaza a la democracia”.
Una ‘alianza impía’
El periodista e historiador Javier Farje le dijo a Al Jazeera que es probable que el Congreso le otorgue a Boluarte los poderes adicionales que solicitó, aunque pueden augurar una mayor represión política.
“Ha habido una alianza nefasta entre la derecha y la izquierda dentro del Congreso para apoyar a Boluarte, para apoyarse mutuamente y para evitar que se realicen elecciones antes de 2026, que es cuando la [current term] finaliza el período”, explicó.
Tanto Boluarte como el Congreso liderado por la oposición han enfrentado índices de aprobación sombríos desde que estallaron las protestas, luego de la destitución del expresidente Pedro Castillo el 7 de diciembre.
Un organizador sindical de izquierda del campo, Castillo enfrentaba su tercera audiencia de juicio político cuando intentó disolver el Congreso, una medida que algunos denunciaron como un golpe de estado.
Al final del día, Castillo fue destituido de su cargo y puesto bajo custodia por cargos de “rebelión”.
“Antes, algunas de las protestas eran en defensa del expresidente Pedro Castillo”, explicó Farje. “Ese ya no es el caso. La gente que ha estado protestando ha estado exigiendo elecciones anticipadas, pero el Congreso ha decidido no hacerlo y eso va a aumentar las tensiones en Perú en este momento”.
Nueva infraestructura para el Perú rural
Una encuesta de este mes del Instituto de Estudios Peruanos mostró que el 75 por ciento de los peruanos quiere que Boluarte renuncie, con un 80 por ciento de aprobación para elecciones anticipadas.
Durante su extenso discurso, Boluarte dio a conocer una serie de propuestas de política diseñadas para apuntalar sus índices de aprobación, incluidas inversiones en infraestructura y seis nuevos hospitales, muchos en áreas más rurales del sur como Arequipa y Puno.
“Ella está tratando de apaciguar a la gente, tratando de calmar a la gente y evitar que ocurran más manifestaciones, especialmente estas marchas desde el campo hasta Lima”, dijo Farje.
Pero cuestionó si Boluarte podría seguir adelante con los planes de construcción, y si la buena voluntad generada por las propuestas durará a largo plazo.
“No hay dinero en la tesorería de Perú en este momento. La inflación es bastante alta. No hay inversión extranjera por la inestabilidad política en el Perú. Entonces, va a ser muy difícil para ella encontrar el dinero para construir estos hospitales. Y eso empeorará aún más la situación. ¿Será eso suficiente para calmar a la gente?
¿Regreso a un Congreso bicameral?
Una propuesta que provocó reacciones divididas se refería al futuro del propio Congreso.
Boluarte recomendó a Perú considerar agregar una segunda cámara al cuerpo legislativo, como lo había hecho en el pasado.
Perú cambió a un Congreso unicameral, o de una sola cámara, en la década de 1990 cuando el entonces presidente Alberto Fujimori disolvió la legislatura existente dirigida por la oposición en un controvertido autogolpe.
La medida permitió a Fujimori establecer una nueva constitución y obtener una mayoría de apoyo en el organismo unicameral recién establecido.
El Congreso actual consta de 130 miembros, cada uno con un mandato de cinco años. El número de representantes asignados a una región determinada está determinado por la población del área.
Bajo la propuesta de Boluarte, Perú “relanzaría” su Senado, electo a partir de un “distrito único nacional”.
“La idea es tener una Cámara de Diputados con mayorías y un Senado proporcional”, dijo Boluarte en su discurso.
Farje se mostró escéptico de que el cambio a una legislatura bicameral generaría apoyo político.
“Eso no cayó particularmente bien entre algunas personas”, le dijo a Al Jazeera.
Posteriormente, un congresista, Carlos Anderson, recurrió a las redes sociales para denunciar el discurso como una “lista infinita de anuncios” y una “lluvia de promesas” que se cumpliría “Dios sabe cuándo”.